El ciberreportaje es un cibergénero informativo y explicativo, de usos complementarios
y documentales, basado en la narrativa hipertextual/hipermedia y multimedia que
encuentra actualmente su desarrollo más avanzado en los especiales de los cibermedios.
Se caracteriza por ser un género híbrido y dinámico.
Sus capacidades hipertextuales permiten libertad de estructuración, aunque se recomienda
que ésta sea abierta y de tipo mixto y que se lleve a cabo a partir de disposición jerarquizada de los contenidos en niveles o capas de profundidad (Díaz Noci, J.; Salaverría, R., 2003).
La primera página representa el nivel inicial y, habitualmente está diseñada en forma de
portada con un menú o sumario de enlaces que permite visualizar, rápidamente, todas las
opciones disponibles de navegación por el contenido. Este menú puede estar acompañado
de un texto resumen a modo de entradilla y se recomienda mantenerlo visible en todas
las páginas del ciberreportaje, para facilitar al usuario el acceso entre secciones y
subsecciones desde cualquier punto de la lectura.
Las páginas principales o de sección accesibles desde el menú se emplean para desarrollar
el tema a través de todo tipo de contenidos en forma de noticias, infografías multimedia,
crónicas, vídeos, galerías fotográficas, entre otros.
El resto de páginas se consideran de contextualización y son accesibles desde el segundo
nivel y posteriores. Están destinadas a la ampliación a través de contenidos adicionales
y de apoyo como otros ciberreportajes, fuentes documentales (enlaces a sitios externos,
documentos oficiales...), recursos de participación (foros, chats, juegos interactivos...), y
otros.
La complejidad hipertextual que puede alcanzar el género gracias a su amplitud
(número de secciones) y profundidad (número de niveles por sección) hace especialmente
importante llevar a cabo una planificación previa de sus posibilidades de navegación.
Estas exigencias de organización coherente aconsejan realizar un diagramado o guión
que planifique los criterios de conexión entre contenidos. Para ello es necesario conocer
las tipologías de enlaces específicas del ciberreportaje y sus usos retóricos.
Hay que evitar en la medida de lo posible la yuxtaposición de formatos, pero sobre todo
la conectividad extrema que suele llevar a enlazar un mismo contenido desde multitud de
puntos diferentes. Ello provoca desorientación en el lector y pone al descubierto una falsa
apariencia de hipertextualidad o la necesidad de disimular carencias de contenido en el
ciberreportaje.
En medios especializados, la presencia del cronista es mayor, y su interacción con
el público también. Se permite el uso de foros de debate, chats y otros sistemas de
interactividad (Díaz Noci, Salaverría, 2003: 476).
El periodista que gestiona la interacción con los lectores tendrá el deber de inspirar la
inteligencia colectiva de los lectores. El tema principal puede venir presentado mediante
un vídeo, audio, foto o infográfico. En el caso de un tráiler de película, por ejemplo, sirve
para actualizar al lector antes de abordar la discusión (Díaz Noci, Salaverría, 2003: 476).
La crónica puede aparecer como una noticia de última hora, cuando no se tienen muchas
informaciones sobre lo acontecido. Se trata de un breve relato que termina, normalmente,
con la promesa de actualización en el transcurrir del tiempo (Salaverría, 2005: 154)
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